La selección de un desengrasante en una situación particular  involucra considerar muchos factores, incluyendo velocidades de evaporación, viscosidad de la solución, efectos sobre la salud y el medio ambiente, inflamabilidad, etc. La selección de un desengrasante para satisfacer tales criterios es todo un arte basado en pruebas y errores, experiencia e intuición, muchas veces guiados por reglas populares tales como “lo similar disuelve a lo similar” y varias definiciones de “fuerza de disolvencia”.

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